

Lo peor de tener animales en casa es la cantidad de pelos que sueltan: los gatos y los perros son las mascotas que más nos harán trabajar, por ello les tenemos que enseñar desde el primer momento que en ciertos sitios no podrán estar. Las camas y los sillones serán lugares prohibidos para ellos pero aunque lo consigas, los pelos aparecerán por otras partes de la casa.
Para que la casa no se convierta en un vertedero, tendrás que extremar la limpieza. Si normalmente barres una vez a la semana, aumenta la frecuencia a un barrido diario.
Si tienes moqueta aspírala a diario. Si te lo puedes permitir, cámbiala por algún pavimento con una limpieza más fácil y cómoda. Además del pelo que sueltan los animales pueden tener "escapes" que te serán muy dificiles de eliminar en una alfombra.
Aunque incrementes la limpieza es posible que se forman bolas de pelo que podrás retirar directamente con las manos.
Los lugares de acceso complicado tendrás que limpiarlos con una aspiradora de mano o convencional, haciendo uso de los accesorios que llevan.
Si no has conseguido que tus animales se suban al sofá, retirarás sus pelos fácilmente con una gasa o esponja empapada en agua.
También puedes recurrir a los cepillos o rollos adherentes que facilitan mucho la eliminación del pelo gracias a la superficie pegajosa. Además, son bastante económicos y puedes tenerlos en casa sin necesidad de realizar un gran desembolso económico. Ten la precaución de pasártelos siempre antes de salir de casa para tener un aspecto impecable cuando salgas a la calle.
Fuente Imagen ThinkStock.