Cómo colocar baldosas en el suelo o pared

Los revestimientos cerámicos son una buena apuesta para cualquier superficie del hogar. Se suelen utilizar para distintos espacios, tales como suelos generales de la vivienda y especialmente en baños o cocinas, ya sea en suelos como en paredes. Por tanto, ¿sabes cómo colocar baldosas en el suelo? Te enseñamos el procedimiento para que lo realices por ti mismo y sepas qué recursos necesitas.

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admin
jueves, 10 noviembre, 2022
Cómo colocar baldosas en el suelo o pared

En nivelacionceramica.com se ofrecen todo tipo de materiales y herramientas dirigidos a la correcta instalación de este tipo de suelos: perfiles, soportes, anclajes, nivelación, etc. Todo lo que necesites para obtener una superficie estable y perfectamente organizada para que quede todo disponible con el fin de obtener el mejor resultado.

Consejos para que sepas cómo colocar baldosas en el suelo

¡La cerámica está de moda! Por eso, en este artículo resolvemos todo lo que debes saber para que los espacios de la casa queden en perfecto estado.

Encolado de la cerámica

Si quieres instalar baldosas cerámicas por capa fina tienes que saber que es un sistema recomendable, ya que resiste el paso del tiempo. Se fijan las baldosas tras aplicar una capa de adhesivo especial para la colocación de la cerámica que vayamos a colocar y no siempre se utilizará el mismo adhesivo. No será el mismo el adhesivo que utilicemos para colocar un gres sobre mortero, que para colocar un porcelánico sobre una superficie no absorbente (hay que informarse en función de cada caso, aunque lo explicaremos en más profundidad en otro artículo), capa fina es un mínimo de 5 milímetros de espesor. Es muy importante que sea espeso, bien batido muy homogéneo y se distribuya de forma uniforme sobre la solera y sobre la pieza cerámica. posible; para ello, es conveniente el uso de una llana dentada, de tal manera que conseguimos esparcir con total amplitud y de forma consistente.

Al fin y al cabo, es fácil de aplicar y proporciona un nivel de agarre considerable. Nos aseguramos de que la fijación va a ser efectiva. Por el contrario, se recomienda no utilizar la instalación “a pegotes”; es decir, el proceso por el que disponemos un poco de mortero en cuatro puntos del dorso de la baldosa y, a partir de ahí, se instala en la pared, con el fin de obtener mayor sujeción y ahorrar tiempo.

Si se realiza de esta forma, con total seguridad el resultado será irregular y defectuoso. Se consume mucho más adhesivo del que se necesita y la instalación de la cerámica será deficiente. Por este motivo, al cabo de poco tiempo se despegarán o se romperán al hacer un simple agujero con el taladro.

 Por esta razón, es preciso que quede todo perfectamente relleno con una capa uniforme y completa para que no quede espacio sin adhesivo.

Encolado doble

De nuevo, el proceso requiere que realicemos un encolado del suelo con el adhesivo adecuado siempre con llana dentada y el mismo proceso en la parte dorso de la cerámica. Este sistema es imprescindible para formatos grandes.  De este modo, conseguimos una capa gruesa y uniforme que genera más firmeza. A su vez, las estrías pueden servir de agarre y aportan mayor durabilidad al paso del tiempo.

Este procedimiento se suele utilizar, generalmente, para el gres porcelánico, también denominado cerámica de bajo nivel de absorción. No obstante, también se puede trabajar con las baldosas que son de mayores dimensiones, incluso si superan los 60x60 centímetros. El objetivo fundamental es que consiga resistencia al paso del tiempo. Es el mejor medio para conseguir un resultado eficiente que proporcione confort y estabilidad.

Paso final: alicatar el suelo cerámico

Una vez ya has aprendido cómo colocar baldosas en el suelo, debes tener en cuenta el último de los procesos: el rejuntado de la cerámica. Y es que las juntas tienen que ofrecer regularidad, para ello, hay que emplear crucetas y separadores de plástico. Una vez que se ha logrado que el adhesivo esté seco, hay que retirarlos para que no se produzcan grietas u otros problemas.

Además, las juntas es una parte fundamental en una buena colocación y ofrecen otros beneficios, como por ejemplo para los suelos de tipo rústico, donde las juntas anchas funcionan muy bien, al igual que los diseños contemporáneos, donde las juntas blancas son discretas para que no destaquen en exceso.

Por otro lado, es preciso mencionar la cerámica rectificada. Tienen bordes rectos y se dirigen para juntas mínimas de 1 o 2 milímetro. De este modo, hablamos de un alicatado que proporciona regularidad y estabilidad. En otras palabras, un suelo o pared firme que, sin lugar a duda, ofrece un buen rendimiento.

Proceso de limpieza de la cerámica

Al terminar el proceso de alicatado, hay que retirar todos los restos de cemento y suciedad que hay por la superficie. Para conseguir un resultado óptimo, es conveniente que utilicemos productos específicos que nos ayuden hacer una buena limpieza del suelo o pared. No podemos dejar un trabajo mal acabado simplemente porque no hemos llevado a cabo el proceso de limpieza. Es imprescindible hacer con el producto adecuado y que nos garantice un acabado perfecto. No hay que olvidar que el suelo es una parte importante de una vivienda y necesitamos que esté en perfectas condiciones.

Así, para eliminar restos de cemento, podemos utilizar un quita cementos comercial. Para que funcione correctamente hay que seguir las instrucciones del fabricante (no usar productos ácidos no adecuados). A partir de ahí, empleamos cepillos de cerdas duras que nos ayude a quitar los restos que estén más incrustados. Cabe la posibilidad de que haya algunas partes difíciles de quitar, por lo que nos va a requerir mayor esfuerzo; no obstante, merecerá la pena intentarlo. Finalmente, aplicamos agua que facilite la eliminación de todos los posibles restos que puedan quedar depositados por la superficie.

Por supuesto, hay que dejar que la pasta cumpla su trabajo y que obtengamos un resultado eficiente que garantice calidad. Por eso, hay que dejar que actúe durante un tiempo. Después, es cuestión de que pasemos la esponja por la superficie, lo que nos puede proporcionar la garantía de que el resultado será el adecuado. Lo más importante es que el suelo quede impecable, que no se dañe y, evidentemente, que ofrezca una imagen higienizada. Esto se puede realizar en todo tipo de materiales, tanto de gres tradicional como porcelánico o azulejos.

En definitiva, un buen trabajo significa buenos resultados. Tanto en el proceso de instalación de suelo cerámico como en la limpieza final, es imprescindible utilizar los mejores materiales y recurrir a los profesionales que, sin lugar a duda, nos ayuden a obtener el mejor acabado. Por tanto, no dudes en acceder a nivelacionceramica.com donde encontrarás todos los productos necesarios para la instalación de un suelo cerámico.

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