A la hora de llevar a cabo la construcción de cualquier edificio es preciso tomar las medidas necesarias para prevenir el riesgo de incendio. Esto implica un buen número de detalles, como el material, el sistema de ventilación y calefacción, o la estructura. Todo ello debe cumplir con la legalidad vigente, protegiendo con ello la estabilidad del edificio, las zonas cercanas y la vida de los ocupantes.
Para hablar de la protección ignífuga en la estructura de edificios se deben especificar dos tipos de modalidades, a las que ya hemos hecho alusión en anteriores ocasiones:
Los materiales con los que podemos construir el edificio presentan diferentes niveles de resistencia al calor y al tiempo de exposición al fuego. Este último detalle es fundamental ya que, cuantos más minutos tengamos a nuestra disposición, más fácil será la evacuación del edificio si es necesario. Y es que las exigencias que deben cumplir los elementos constructivos, conforme a la Norma UNE-23093, se miden de acuerdo al tiempo durante el cual estos materiales mantienen sus condiciones inalterables. Éstas son:
Dichos materiales se clasifican en MO (no son combutibles), M1 (son combustibles pero no inflamables), M2m M3 y M4 (tienen una capacidad de inflamabilidad moderada, media y alta, respetivamente).
En definitiva, hemos de tener en cuenta la capacidad de los elementos estructurales para prevenir el colapso de un edificio en caso de incendio, así como la capacidad de los elementos de compartimentación y cierre para impedir la propagación de las llamas; hablamos de muros, fachadas, forjados, etc.
Los grados de resistencia al fuego de los muros y tabiques dependen del número de hojas que contengan y el material con el que estén fabricados. Por ejemplo, el mortero aglomerado presenta una alta resistencia ante las llamas, llegando incluso a soportar un total de 120 minutos sin deteriorarse a partir del grueso de 14cm (RF-60), de 19cm (RF-120).
En el caso de aquellos que contengan hormigón armado en su interior, armaduras de tendel o costillas de refuerzo, es necesario un recubrimiento de al menos 2 centímetros de mortero sobre las armaduras respecto del paramento exterior del muro para que sea resistente frente a un incendio.
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