Si has renovado recientemente tu cuarto de baño, seguramente hayas optado por instalar un plato de ducha de resina. Es un tipo de plato moderno, que se adapta muy bien a todos los cuartos de baño, pero que cuenta con unas características determinadas que hacen que el plato se deba limpiar de una manera adecuada.
Uno de los puntos fuertes de los platos de ducha de resina es que cuentan con un revestimiento de Gel Coat. Esa capa no solo ayuda a que las bacterias no se puedan concentrar en el plato, sino que esa capa también ayuda a conseguir que la limpieza del plato sea más sencilla.
Si optas por un plato de resina de calidad como los que nos encontramos en https://asealia.com/es/5-platos-de-ducha, la limpieza y el cuidado será mucho más sencilla. Pero independientemente del plato de resina que tengas en el cuarto de baño, los pasos de limpieza deberán ser los siguientes:
Para evitar que la suciedad se pueda acumular en el plato y eso provocar más problemas durante la limpieza, se recomienda realizar la limpieza al menos una o dos veces a la semana. Dependerá de las veces que se use el plato. Además, cuando te duches y caiga jabón en el plato, es importante no dejarlo secar. Al finalizar la ducha es recomendable realizar un enjuagado de agua y así el plato siempre estará limpio, aunque luego se hagan las limpiezas generales para conseguir resultados óptimos.
Como nos informan los expertos de Asealia, con el paso del tiempo la acumulación de cal puede hacer que el plato muestre un aspecto feo. Pero por suerte te vamos a mostrar una serie de pasos a través de los cuales la limpieza te resultará mucho más sencilla.
Para comenzar tendrás que usar la esponja sin estropajo que usabas para la limpieza en general. Por supuesto también podrás usar el paño de fibra si optaste por esa opción. Lo importante es que el utensilio elegido no arañe el plato. En cuanto al producto de limpieza, en este caso no deberás usar jabón, sino que tendrás que mezclar agua y vino blanco a partes iguales. Se mete todo en un difusor y se mezcla todo correctamente.
Cuando la mezcla anteriormente mencionada esté lista, será el momento de rociar sobre toda la superficie del plato. Siempre debes intentar hacerlo a partes iguales. No seas tacaño, aplica una cantidad abundante. Una vez aplicado el producto deberás dejar actuar un cuarto de hora aproximadamente.
Pasado ese tiempo, será el momento de realizar un enjuagado y comprobar que todo ha quedado en perfectas condiciones. Si ves que tras ese consejo la cal sigue estando presente, entonces será el momento de volver a aplicar la mezcla y realizar movimientos circulares para que la cal salga con más facilidad. Con ese método las manchas de cal saldrán sin problemas. Tras comprobar que todo ha quedado limpio, será el momento de enjuagar para dejar el plato en perfectas condiciones para el siguiente uso.
Hay algunas personas que también optan por fregar el plato con jabón neutro después de la limpieza anterior para dejar que el plato quede impecable. Pero este último paso ya no es necesario, es un extra para las personas a las cuales les gusta tener el plato de ducha en perfectas condiciones.
Si sigues los consejos mostrados anteriormente, podrás tener la certeza de que el plato de ducha siempre quedará limpio. Además, una buena limpieza siempre garantiza una mayor vida útil del plato.
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