El mercado nos ofrece una amplia variedad de modelos de neveras y frigoríficos como el combi electronic de fagor, adaptados a muy diversas características y funcionalidades como el espacio o capacidad de almacenamiento, utilidad o duración para mantener los alimentos congelados.
Más allá de su diseño exterior y cromatismo, y de que este último se ajuste a la ornamentación y estética de nuestra cocina, todos los factores prácticos especificados con anterioridad se convierten en algunas de las cuestiones clave a tener en cuenta antes de adquirir nuestro frigorífico.
Por ejemplo, si nos fijamos en el modelo, la tipología que podemos encontrar es muy amplia. Los convencionales son, a día de hoy, los más asequibles económicamente, caracterizados por la incorporación de dos puertas y un solo motor para congelador y frigorífico. Por otro lado, más recientes, son los frigoríficos "combis", que disponen de dos motores, o los revolucionarios combi Bosch no frost (sin escarcha) que perfeccionan las funciones de congelación de sus modelos anteriores, además de evitar que los productos se peguen o se mezclen los aromas. En la actualidad, mostrándonos más preocupados por la salud del medio ambiente, que al fin y al cabo también terminará por repercutir en nuestro bienestar, tenemos frigoríficos ecológicos o responsables con el entorno natural al reducir la emisión de los llamados gases contaminantes de color fluoruro carbonados.
En cuanto a la duración en la conservación de los alimentos hemos de prestar atención, cuando adquiramos nuestro frigorífico, en el número de estrellas que hay impresas en el mismo. Así, por ejemplo, si vemos un total de 4 estrellas, supondrá que el nivel de congelación es muy rápida, pudiendo concentrar una cantidad considerable de alimentos, frente a una única estrella, señal de que es apto para mantenerse en niveles óptimos de congelación unas pocas horas.
No obstante, las complicaciones surgen cuando cualquier desperfecto impide que nuestra nevera funcione correctamente, obstaculice el proceso de conservación de los alimentos y, por consiguiente, acelere el deterioro de los productos. Muchas veces, el grado de afección de la nevera dependerá de la cantidad de alimentos que almacenemos en su interior. De esta forma, un frigorífico que esté completamente lleno y no se abra durante un prolongado período de tiempo, podrá mantener en buen estado nuestra comida durante unas 24 horas, una cifra que irá aumentando a medida que el espacio interior de la nevera se vea más liberado.
En caso de avería y de que nos veamos en la necesidad de llamar a nuestro servicio de reparación para que encuentre una solución al problema, hemos de intentar concentrar los alimentos en un mismo lugar para mantenerlos arropados con las últimas bocanadas de frío expulsadas por nuestra nevera. Es imprescindible que, si la avería puede solucionarse en un tiempo razonable de 24 horas, no se abra la puerta en ningún momento para mantener la refrigeración de nuestros productos intacta.
Hemos de separar nuestros productos lácteos, frutas, verduras, latas, bebidas o cualquier otro producto similar de las carnes de aves de corral o determinados pescados, porque en el caso de que se descongelen, pueden esparcir ciertos jugos que terminarán por contaminar el resto de alimentos.
En el instante en que se restaure la electricidad, hemos de comprobar qué tipo de alimentos se han empezado a descongelar, porque en tales casos, hemos de optar por desecharlos, ya que pueden ser perjudiciales para nuestra salud. Recuerda que todos los artículos relacionados con comida precocinada y marisco no podrán volver a congelarse si han superado los 5ªC de temperatura durante más de 3 horas. Los productos que resisten más el proceso de descongelación son las carnes rojas, aves y pescados. Por ejemplo, la carne cruda expuesta a más de 5ªC durante unas 6 horas todavía se puede aprovechar sin problema. La inactividad de la congelación es capaz de frenar el avance de los patógenos, pero no los elimina. Por ello, si se descongela un producto de este tipo y contenía microbios pueden ser si cabe más activos.
Las reparaciones de nuestra nevera llevan consigo un coste económico que no nos esperamos y que puede suponer una pesada carga para nuestra economía a final de mes, dependiendo de la avería. En cualquier caso, en este tipo de situaciones, siempre hemos de recurrir a profesionales y empresas de calidad como es el caso del servicio técnico de fagor en Barcelona.
No obstante, antes de que tengamos que recurrir al servicio de reparación, nosotros mismos podemos prestar la atención que se merece a nuestro frigorífico y atajar el problema antes de que se agrave. Por ejemplo, si ves que no congela bien los alimentos o que el ambiente no es lo suficientemente frío, puede deberse a que los espirales del condensador se han visto envueltos por una capa de polvo que impide su correcto funcionamiento. Para ello puedes apagar la nevera, y limpiar la zona afectada con un cepillo de cerdas suaves.
En el caso de que se acumule demasiado hielo, puede deberse al termostato, en cuyo caso, basta con bajar su intensidad. El problema es que el fallo tenga que ver con el compresor, para lo cual es más conveniente adquirir otra nevera, dado que el costo de la reparación será mayor o igual. También el problema puede deberse a los empaques, es decir, las tiras de caucho que hacen que las puertas cierren bien. Si el empaque está dañado no podrá mantener la puerta cerrada y por lo tanto el nivel de refrigeración que requieren nuestros productos. En estos casos, es conveniente adquirir unos empaques nuevos en cualquier punto de venta especializado y así te ahorrarás en la reparación.
¿Y vosotros?; ¿habéis tenido algún problema con vuestro frigorífico?, ¿cómo lo habéis solucionado?
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