Como decíamos anteriormente, no siempre se le ha dado la importancia que se merece al mantel de mesa. Hace algunas décadas apenas existían opciones en el mercado, y los criterios para adquirirlos se limitaban básicamente al tejido y al tamaño. Sin embargo, actualmente encontramos
una amplia variedad de alternativas que abarcan desde las más tradicionales hasta las más creativas.
Consejos para elegir el mantel de mesa adecuado
Son muchos los factores a tener en cuenta a la hora de adquirir un
mantel para nuestra mesa: el tipo de tejido, la forma de lavado, los colores, etc. En primer lugar, debemos decidir
qué aspecto queremos conseguir, pues es muy diferente un mantel apto para fiestas elegantes (de tonos y formas sobrias), para reuniones informales (con dibujos y motivos divertidos) o para el día a día (combinable con el resto de la decoración). Para el primer caso, cuando buscamos un toque sofisticado, encontramos varias e interesantes opciones. Una de las más comunes es
el mantel liso, fácil de combinar prácticamente con cualquier decoración. El negro y el morado son ideales para ello, especialmente si conjuntamos estos dos colores haciendo uso de la vajilla y las servilletas. Por otro lado, los detalles bordados también son ideales en este sentido. Los llamados
manteles temáticos, por su parte, son ideales para fiestas informales o simplemente para el día a día, pues aportan un aspecto divertido y original a nuestro hogar. Actualmente, y para la época estival, son tendencia los manteles con motivos naturales, como flores y plantas, así como los colores vivos y las frutas.
¿Cuál debe ser el tamaño adecuado del mantel?
En cuanto al
tamaño del mantel, sus dimensiones deben superar a las de la mesa en un tercio de su altura por cada lado, como mínimo. Para calcularlo, tenemos que medir la superficie y la altura de la mesa, y añadir al resultado dos tercios para asegurarnos de que cubra bien el espacio y caiga a cada lado. Si la mesa es redonda, hay que medir el diámetro de la misma y seguir el mismo proceso.
Tipos de tejido para el mantel
Respecto al tejido, podemos elegir entre una destacable variedad. Los
manteles plastificados son un gran clásico, además de económicos y fácilmente adaptables a todas las superficies. Lo más importante es que el plastificado sea flexible y no se arrugue. Una de sus ventajas es que son fáciles de limpiar y muy resistentes. Los
manteles engomados son una alternativa parecida a la anterior, y muy popular hoy en día. De textura suave y cómoda, los encontramos con todo tipo de estampados. Protegen la mesa de cualquier resto de comida o líquido, y se limpian fácilmente con tan sólo usar una bayeta húmeda. Además, suelen ser aptos para lavar a máquina. Para un
toque más elegante es mejor alternativa
el algodón y el lino, con el inconveniente de que se arruga con mayor facilidad. Algunos diseños mezclan este tejido con el poliéster, con el fin de mantenerse liso más tiempo. El hilo, por otro lado, es perfecto para combinar con una decoración tradicional, sobre todo si es de color blanco. Los bordados, dibujos con bolillos, puntillas y otros detalles, son comunes en esta clase de mantel. Una buena idea es elaborar estos motivos nosotros mismos, personalizando este complemento y haciéndolo único. En este sentido,
el crochet puede servirnos como complemento ideal para el mantel, siempre y cuando éste sea liso. Además, podemos conjuntar varias formas y colores. ¿Qué os parecen estos
tipos de diseños para manteles de mesa?
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