¿Qué saber antes de comprar placas de inducción?
Con menos pérdidas de energía, el material que compone las placas de inducción se activa de forma magnética, calentando directamente el recipiente en lugar de hacerlo mediante elevadas temperaturas radiantes por el uso de resistencias tal y como sucede con las cocinas vitrocerámicas convencionales. A simple vista, las de inducción y tradicionales son muy parecidas, pero presentan notables diferencias que hemos de tener en cuenta a la hora de adecuar nuestra cocina y apostar por la máxima eficiencia.
En este sentido, y en líneas muy generales, la primera diferencia es con respecto al precio. Si nos atenemos a estudios oficiales realizados al respecto, nos daremos cuenta de que mientras las vitrocerámicas convencionales cuestan en torno a los 290€ y 400€, las de inducción elevan su coste a un baremo que oscila entre los 640€ y los 730€. No obstante, también podemos encontrar placas de inducción baratas que pueden ser perfectas para nuestra cocina.
La distancia entre los precios de unos y de otros está justificada por las muy diversas ventajas que las placas de inducción para nuestra cocina nos pueden proporcionar. Entre otras cosas, nos ofrecen una mayor seguridad dado que no se calienta su superficie al completo, sino, como se indicó en líneas anteriores, la zona específica donde se ubica nuestro recipiente.
En este sentido, en el mercado podemos encontrar electrodomésticos con vitrocerámica de inducción que incorporan un sistema programable para bloquear su funcionamiento en caso de que no sea necesario. De esta forma, nos evitaremos muy diversos accidentes que puedan poner en riesgo nuestra propia salud.
Por otro lado, el mantenimiento y proceso de higienización de este tipo de materiales para nuestra cocina suele ser bastante sencillo y no entraña mayores dificultades. En este último caso, se diría que los productos desengrasantes son los más apropiados para eliminar la suciedad acumulada en su superficie. En la composición de este tipo de artículos encontramos sustancias tales como minerales de acción abrasiva para atacar y eliminar la grasa, disolventes y siliconas para un mayor brillo o agentes tenso-activos para acabar con la suciedad. No has de olvidar que al ser productos abrasivos hemos de aplicarlos con cierta precaución para que no dañemos por accidente la encimera.
Al mismo tiempo, al comprar placas de inducción has de recordar que te permiten regular las potencias con total precisión, cocinar cualquier tipo de recipiente e, incluso, hay modelos en los que se incorpora una amplia gama de variantes para cocer y freír nuestros platos. Así, por ejemplo, podemos encontrar placas de inducción que llevan el agua a ebullición más deprisa, simplificando el cocinado de los alimentos. A todo esto, hemos de añadir que reducen el consumo de electricidad al focalizar su calor en un solo recipiente, siendo de esta forma mucho más eficiente.
Más allá de las diferencias que podamos encontrar entre la vitrocerámica convencional y de inducción, hemos de tener en cuenta otros aspectos como, por ejemplo, el tamaño. Las medidas de las que solemos partir son de 60 cm y desde este punto podemos encontrar otras muchas alternativas, para que podamos elegir aquella que mejor se ajusta a nuestras necesidades y disponibilidades económicas. Evidentemente, si disponemos de espacio suficiente para ello, lo mejor es optar por una vitrocerámica de inducción de mayor tamaño.
Igualmente, hemos de tener presente la distribución y el número de focos. Por lo general, se suelen tener entre tres y cuatro focos con diversos tamaños.
En las placas de inducción se ha desarrollado una nueva línea de tecnología, conformada por una superficie más amplia donde se encuentra estampado un rectángulo, ofreciéndonos la máxima flexibilidad al permitirnos usar sartenes y recipientes de muy diversos tamaños.
¿Y vosotros?, ¿en qué os fijáis a la hora de comprar placas de inducción para vuestra cocina?
