

Para empezar, deberás elegir los materiales más cálidos, tales como el algodón, la lana o el poliéster. Éstos son ideales para crear ambientes acogedores en días de frío. En el salón puedes disponer unas fundas a los sofás, combinándolas con una manta para taparte durante las siestas. Además, uno de los elementos que aporta mucha calidez es la alfombra.
En los dormitorios, como ya sabes, la cama es el elemento más importante. Por este motivo, deberás arroparla con tejidos cálidos para no pasar frío durante la noche. Te recomendamos que no le falte un nórdico y una manta a los pies de ésta, por si en medio de la noche notas que el edredón no es suficiente.
No nos olvidamos de una de las estancias en las que más frío puedes pasar... el baño. Salir de la ducha puede ser un deporte de alto riesgo si no cuentas con una buena alfombra para no poner los pies en el frío suelo y un albornoz que, además de secarte, suba unos cuantos grados tu cuerpo. Por último, en el resto de la casa y zonas de paso, puedes colocar alfombras de pelo, con el fin de darle ese toque dulce y cálido a los espacios. ¡Feliz otoño!
Fuente de la imagen: Zara Home