Principales tipos de sofás para el salón

6 junio 2019 | Por admin

¿Tienes pensado redecorar tu salón, pero desconoces cuáles pueden ser los tipos de sofás más adecuados para estancia de la casa? Te damos algunas ideas en las próximas líneas.

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El sofá es, probablemente, la pieza más importante de nuestro salón. Con él marcamos el estilo decorativo que queremos para la estancia, y por ello debemos procurar elegir el adecuado para nosotros, teniendo en cuenta su estética, textura y tamaño. Afortunadamente, hoy en día encontramos sofás de lo más variados, adaptables a toda clase de salones.

¿Qué tipos de sofás elegir para el salón?

Para decantarnos por uno u otro, tendremos que asegurarnos de que cumple las funciones básicas para nuestra casa. Una de las más relevantes es la estructura, un factor clave para la distribución de la zona. Dependiendo de la misma, el sofá puede ser de diferentes modalidades. Entre ellos destaca, gracias a su popularidad actual, el chaise longue. Con forma de “L”, es ideal para salones largos y estrechos, y cuenta con espacio para varias personas. Además, algunos asientos suelen ser extensibles, permitiéndonos estirar las piernas y reposar los pies. Otra de sus ventajas es que, al adaptarse perfectamente a las esquinas, nos ayudan a aprovechar el espacio al máximo. La misma función cumple el sofá rinconero, perfecto para salones pequeños. Al hacer esquina, es fácil de colocar prácticamente en cualquier rincón. Los encontramos de todos los tamaños, desde tres plazas, y son muy utilizados para crear espacios acogedores y cómodos. Por otro lado, se encuentra el sofá modular, formado por estructuras independientes, de modo que podemos recomponerlo todas las veces que queramos, cambiando su diseño a nuestro gusto. Este tipo de sofá incluye distintas variedades, abarcando todo tipo de estilos, tamaños y diseños. tipos de sofás para el salón El más tradicional es el llamado sofá en línea, apto para un máximo de cuatro personas. No roban demasiado espacio y podemos combinarlos perfectamente con otro tipo de sillones y sofás, consiguiendo más plazas fácilmente. Uno de los más originales que podemos encontrar en el mercado es el sofá Chester o Chesterfield, de estética vintage. De respaldos bajos y brazos rígidos y redondeados, su origen se remonta a la Gran Bretaña del siglo XIX, y está tradicionalmente asociado a las viviendas de clase alta. Actualmente está muy de moda, por lo que encontramos precios e imitaciones de todo tipo. Otra opción, perfecta para los pisos pequeños, es el clásico sofá-cama. Aunque suele asociarse a un mueble incómodo y antiestético, lo cierto es que hoy en día el mercado nos ofrece un buen puñado de modelos y diseños. De esta forma, aunamos estética con funcionalidad, algo muy útil en hogares donde se reciban visitas a menudo. El sofá con almacenaje también es una buena idea cuando disponemos de poco espacio. Esta clase de sofá incluye en su base uno o varios cajones amplios, donde podemos guardar cajas, libros, cojines, etc. Otra cuestión importante, independientemente del diseño, es el material con que esté fabricado el sofá. La tela es una estupenda opción, ya que resulta económica y fácil de limpiar. En cuanto a la piel, encontramos varias alternativas. El cuero, por ejemplo, es resistente y duradero, aunque requiere un determinado mantenimiento y es algo costoso. La polipiel sería una elección ideal, ya que su precio es más barato y no necesita tantos cuidados. Por otra parte podemos ver sofás de terciopelo, suaves y cómodos, aunque más difíciles de limpiar. Su estética aporta calidez al salón, así como un toque vintage y elegante. Una opción más económica es el terciopelo sintético, también de destacada calidad. Por último, no podemos olvidar los sofás de piel plena flor, delicada y natural, que conlleva un gran mantenimiento, por lo que no es aconsejable para casas con niños o mascotas. Los sofás de piel flor ofrecen una mayor durabilidad y son más baratos. En resumen, a la hora de optar por los tipos de sofás más adecuados para nuestro salón tendremos que tener en cuenta factores como la estética, la funcionalidad, el material y el tamaño. Lo más importante, en definitiva, es que se adapte a nuestros gustos y necesidades.

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