¿Cuál es el colchón más adecuado para tu descanso?

 

El descanso mejora nuestra calidad de vida, por esa misma razón hemos de elegir convenientemente nuestro colchón. Este último se ajusta a muy diversos grados de firmeza y está confeccionado a partir de diferentes materiales como puedan ser los muelles, la espuma o el látex. Antes de lanzarte a comprar el primer colchón que veas en tu punto de venta habitual, debes dedicar algo de tiempo a probar sus funcionalidades y confirmar si realmente se adapta a nuestras necesidades.

Más allá de tocarlo con tus propias manos y sentarse sobre su superficie, has de tumbarte para confirmar que es el modelo buscado. Cuando te tiendas de espaldas, recuerda pasar una mano entre el colchón y la zona lumbar. En el caso de que exista demasiado espacio es posible que resulte extremadamente rígido para lo que estás buscando.

Si compartes este medio de descanso con otra persona, lo mejor es optar por dos colchones, dado que cada uno presenta pesos y costumbres diferentes. Has de recordar que un colchón adecuado debería respetar en todo momento la curvatura natural de la columna vertebral, boca arriba y alineada mientras duermes de lado. A pesar de que existe la creencia generalizada de que un colchón es mejor cuando mayor sea su grado de firmeza, expertos en la vida del hogar como IKEAconsideran que esta afirmación no es del todo cierta, dado que cada persona cuenta con un cuerpo diferente y duerme de manera distinta, por lo que el colchón, independiente del modelo al que hagamos referencia, ha de adaptarse a las necesidades particulares de esa persona.

 En este sentido, en los últimos tres o cuatro años, IKEA ha renovado sus colchones en aras de respetar lo que el consumidor está buscando, ya sea en cuanto a medidas o materiales. Ajustado a medidas estándar españolas, la calidad de los colchones de esta compañía internacional de origen sueco no ha sido del todo valorada por los consumidores, debido en gran medida a la percepción de baja calidad de este tipo de productos.

 Una de las posibles causas que podría explicar esta opinión por parte de los consumidores es la diferencia de precios con respecto a otras empresas de la competencia. En este sentido, se tiende a considerar que un precio reducido es sinónimo de un colchón de peor calidad. Sin embargo, tal diferencia de precio es debida fundamentalmente a que se intentan buscar las mejores soluciones para acercar lo último en confort con materiales de calidad a un precio asequible.

 De hecho, en todas y cada una de las fases del proceso de producción hasta llegar a la distribución, IKEA procura apostar al máximo por el ahorro. Precisamente, al no contar con intermediarios y producir a nivel mundial, IKEA tiene la posibilidad de bajar los precios sin que por ello la calidad de sus colchones se vea mermada.

 ¿Vosotros también tenéis en cuenta la altura, el peso o la forma de dormir a la hora de elegir el colchón adecuado?