A la hora de amueblar una habitación de invitados nos encontramos con el problema del espacio, ya que no todo el mundo puede permitirse tener una estancia específica para cuando vienen visitas o tenemos una urgencia.


Una solución que me parece muy útil es convertir nuestro despacho o zona de trabajo en un cuarto de invitados sin tener que echar mano del sofá cama convencional.
Lo que me gusta de esta idea es que se usa una cama, normal y corriente con algunos detalles extras. Lo importante es que no lo parezca, por lo que es necesario que no tenga cabecero, o si lo tiene que en lugar de estar en la parte alta de la cama se coloque en el lateral, a modo de banco. Una vez instalado podemos llenarlo de cojines para convertirlo en un cómodo espacio donde leer, estudiar o sentarse tranquilamente a hacer un descanso mientras trabajamos.
Coloca un baúl cerca en el que puedas guardar algunos de los cojines cuando tienes la necesidad de usarlo como cama y ya está listo. La colcha que le coloques por encima debe estar coordinada con los tonos de los cojines y de la estancia para no desentonar. O, si lo prefieres, busca una colcha blanca y neutra que combine con todo. La ventaja es que puedes dejar la cama hecha sin problemas todo el día y no se notará en ningún momento.
De este modo combinas espacio funcional con una habitación de invitados en un momento sin tener que complicarte la vida.
Fuente Imagen IKEA