Cuando se dispone de un baño en el que hay bañera y se quiere cambiar para poner una ducha, se puede recurrir a hacer una obra de reforma total del baño, retirando los pavimentos y saneamientos o se puede utilizar el recurso de retirar la bañera y el alicatado necesarios para no tener que hacer apenas intervenciones.
La bañera es práctica cuando se tienen niños pequeños a los que se acostumbra a bañar a diario, asegurando que el niño no se salga ni se caiga porque se siente en ella, es un modo de poderle controlar a él y a su seguridad. En los demás casos el uso de la ducha es mucho más eficiente, reduce considerablemente el consumo del agua, el agua es un bien de todos que hay que compartir y dar un uso responsable para que en ningún momento le falte a nadie por la causa del derroche de otros.
En la ducha se reducen los accidentes, no hay que hacer equilibrios para entrar en ella y tampoco hay que salvar ningún obstáculo como en la bañera supone salvar la altura, aunque no es mucha para unos para otras personas con dolencias o minusvalías puede resultar ser demasiada. Las duchas suelen tener una pendiente hecha gracias a superficies que formen ángulos sin curvaturas de modo que se evitarán los resbalones y caídas, en cambio en la mayoría de las bañeras unen los diferentes planos de sus superficies mediante curvas y chaflanes que muchas veces son las causas de los resbalones.
Cuando se pretende retirar la bañera, habrá que acudir a depositarla a un punto limpio de la ciudad o municipio en el que se viva y en el caso de no poder acudir a llevarla por carecer de vehículo apropiado, el propio Ayuntamiento se encargará de retirarla indicando el momento adecuado de bajarla al lugar que se determine.
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