Para conseguirlo, te vamos a proponer una serie de trucos, con los que, al menos, las estancias de tu casa tengan una buena temperatura.
Lo ideal es que nuestra vivienda esté bien preparada desde el principio y que su estructura cuente con un aislamiento térmico adecuado. Sin ninguna duda esto será un aspecto fundamental para disfrutar del confort, tanto en invierno como en verano.
Como mantener la casa fresca en verano
En primer lugar, debes contar con las horas en las que sale y en las que se pone el sol. Éste es el responsable de que el calor entre en tu hogar, y si se instala, será complicado quitarlo. Así que, mantén las ventanas cerradas y las cortinas echadas durante las horas de más calor. Sin olvidarte de ventilar la casa por las mañanas – no más tarde de las once de la mañana – y por las noches – no antes de las nueve.
Además de ventilar por las mañanas y por las noches, no deberás tener demasiados focos de calor activos. Por ejemplo, una habitación con televisión, ordenador y luces encendidas, hará que la temperatura base de la estancia ascienda rápidamente. Así que, evita la concentración de calor innecesaria, sobre todo en las horas centrales del día.
No te olvides de contar con toldos en las ventanas de tu hogar. Aunque, normalmente se suelen tener en las del salón, si colocas unos pequeños en las demás estancias, conseguirás conservar la casa más fresca durante más horas.
Anticípate al calor
Por último, si cuentas con climatización, ponla en marcha antes de que el calor se instale en tu casa. De no hacerlo así, gastarás más luz para lograr bajar la temperatura unos grados. Si enciendes el aire acondicionado cuando aún no hace demasiado calor en tu casa, ponlo a unos 26 grados. Ten en cuenta que, cuantos menos grados, más energía gasta y no conseguirás enfriar más rápido el espacio.
