La iluminación es un elemento más que fundamental en la decoración de todo ambiente. Una sala mal iluminada puede llegar a ser hasta molesta, por lo tanto debemos prestar mucha atención a la hora de colocar las luminarias en nuestro hogar.
Nos enfocaremos esta vez en las lámparas de pared, las mismas que tienen infinitas aplicaciones y podemos realzar notablemente los espacios que con tanto esmero hemos decorado.
En principio debemos diferenciar las luminarias por sus diferentes tipos de foco, así encontraremos las que proporcionan luz en forma regular hacia todas las direcciones, las que emiten un foco direccional y las que alumbran directamente a la pared.
Generalmente los modelos modernos emiten haces de luz muy puntuales y generan climas muy interesantes.
La iluminación indirecta (estos apliques son muy utilizados en la misma) es un método en boga pero debemos cuidar siempre de que la luz general obtenida sea la correcta.
Todo dependerá de la funcionalidad de la sala ya que no es lo mismo una sala íntima que una sala de reuniones.
Los materiales de este tipo de artefactos son tan variados como la modernidad lo permite. Encontramos lámparas de acero, de plásticos de colores, de madera, de papel o de vidrio, pero hay materiales verdaderamente vanguardistas que se lanzan al mercado día a día.
La ubicación es siempre condicionante, debes estudiar muy bien las reflexiones y refracciones según el resultado que quieras obtener.
Ten en cuenta que para iluminar correctamente un pasillo necesitarás una luz cada dos o tres metros
Este tipo de luces ha ido tomando protagonismo en los últimos tiempos, en muchos casos se utilizan puntualmente como toques ornamentales. No olvides que también son indispensables en la iluminación de parques y jardines.
Imagen: Netream
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